El pasado 8 de Octubre, falleció Santiago Martín Salvador, a los 85 años de edad. Santiago, a pesar de no ser uno de nuestros artistas más mediáticos, fue uno de los más grandes, lo cual le llevó a ilustrar un montón de historietas fantásticas y de terror para Warren Publishing. Empezó en el cómic de aventuras patrio, como tantos otros autores de su generación, ilustrando títulos como Aventuras del FBI, Mendoza Colt o diversas historietas para la mítica revista Chicos, entre otros. Y, lamentablemente, muchos de sus mejores trabajos, alcanzada ya su madurez artística, y como ocurre con otros de nuestros grandes artistas, fueron realizados para el extranjero y, lo peor de todo, es que muchos de ellos jamás han sido publicados en nuestro país.
Estos trabajos de madurez artística, realizados para otros países, incluyen muchos cómics para el mercado británico (principalmente para Fleetway), una longeva serie de El Santo, que se publicó en varios países nórdicos, una serie de Dick Turpin, guionizada por Víctor Mora, que se publicó en muchos países (incluida España, esta vez sí) y, sobre todo, los antes mencionados relatos cortos de terror para las legendarias publicaciones de James Warren (Creepy, Eerie y Vampirella).
Durante la década de los 70, toda una legión de artistas españoles comenzó a trabajar para Warren, realizando, fundamentalmente, historietas fantásticas y de terror. Martín Salvador, uno de los más prolíficos de todos ellos, junto a José Ortiz, fue un artista claramente distinto a la mayor parte de sus compañeros de aventura artística, puesto que, mientras los García, Ortiz, Beà, Maroto, González, Auraleón, etc. poseían un estilo más innovador, vanguardista y rompedor; el estilo de Santiago era mucho más clásico, prácticamente deudor de los grandes artistas clásicos de los cómics de prensa norteamericanos. Tal vez por eso, en ocasiones se le haya olvidado un poco, cuando se menciona a aquella maravillosa generación de artistas. Lo cual es un error colosal, puesto que, independientemente de que su estilo fuera clásico o innovador, Santiago fue uno de los mejores, uno de los más grandes.
Grande de verdad, como demuestran las páginas que veréis a continuación, pertenecientes, todas ellas, a las ediciones españolas de sus trabajos para Warren Publishing (hay alguna excepción, que pertenece a historietas realizadas directamente para el mercado español; concretamente para la segunda época de la revista Creepy de Toutain). En mi humilde opinión, todas estas historietas de terror suponen su cima artística, con permiso de Dick Turpin y algunos trabajos que jamás hemos podido ver por aquí... lamentablemente.
Gracias por tantos grandes momentos. Has sido uno de nuestros más grandes maestros de maestros y tu obra seguirá brindando grandes momentos de lectura, durante muchísimo tiempo, a los amantes del buen cómic clásico de terror. Descansa en paz.