A través de la historia del comic-book y muy especialmente de su género predominante, el super-heróico, podemos encontrar un pequeño grupo de artistas que bien podrían ser considerados como piedras angulares, auténticos iconos influyentes o como yo lo he descrito en el título del post, columnas de estilo dentro del propio medio.
Con lo de columnas de estilo, me refiero a ese reducido grupo de artistas que no sólo marcaron una época en el comic-book, si no que su arte y estilo de dibujo condicionó el medio en sí mismo.
No se puede considerar que artistas tan grandes como Joe Kubert, Alex Toth o Frank Miller, por poner tres ejemplos, hayan conseguido eso; me explico. Joe Kubert ha sido uno de los más grandes, de eso no hay duda, pero por uno u otro motivo (tal vez por haberse centrado más en otros géneros ajenos a los super-héroes), no ha influido tanto a otros artistas o al mismo libro de estilo del propio medio. Alex Toth es un maestro de maestros, admirado por muchos y que sí ha influido a varios artistas, pero no de la forma en la que expongo aquí, no de forma automática y palpable sobre el mismo medio condicionando una época (posiblemente por lo que siempre se dice de él, porque le faltó un personaje con el cual poderlo identificar; su trabajo es muy variado y disperso). En los años 80, Frank Miller ejerció una gran influencia sobre el mundo del comic-book y el género super-heróico, pero fue por su forma de tratar a los personajes y por la revolución que originó (junto a Alan Moore) en el género; pero no por su estilo de dibujo, no por llegar a convertirse en el artista a imitar por todos los demás.
Y vamos llegando a donde queríamos, a ese puñado de dibujantes que sí condicionaron el medio con su arte y que ejercieron una influencia notable en su época (e incluso más allá). Este grupo de artistas podría definirse en cuatro columnas mas tres pilares. Lo de los tres pilares lo digo por que hay tres artistas que quizás tuvieron una influencia algo menor en proporción a las cuatro columnas principales, pero que aun así es necesario mencionar su trascendencia.
Vamos primero con los tres pilares. Uno es José Luis García-López, artista excepcional que desembarcó en DC Comics allá por los años 70 y que en poco tiempo se erigió en el responsable del libro de estilo de la editorial, ya que le fueron encomendadas una serie de ilustraciones de todos los principales personajes de la casa (aparte de ilustraciones publicitarias varias sobre Superman y cia.), que fueron usadas por DC como el patrón icónico e ideal a seguir por todo aquel artista que quisiera dibujar a sus personajes. Basta añadir que con sólo una serie de portadas y un pequeño puñado de cómics sueltos de Superman, García-López se ha erigido en uno de los artistas más icónicos de toda la trayectoria del personaje más longevo de la historia del comic-book.
El segundo pilar es John Romita Sr., artista que bien podría representar para Marvel Comics lo mismo que José Luis García-López para DC. Dejando aparte su celebradísima etapa en Amazing Spiderman (donde se puede decir que John creó la versión definitiva y más icónica del personaje), no se puede decir que Romita padre fuera un dibujante excesivamente prolífico; y es que al igual que ocurría con García-López, John no era un dibujante rápido como sí lo eran, por ejemplo, Jack Kirby o John Buscema, con lo que (y gracias a su gran talento) Stan Lee decidió nombrarlo director artístico de Marvel, de forma que Romita dejó prácticamente de dibujar cómics, pero ejerció una gran influencia de distinta forma, realizando portadas, retocando también muchas otras portadas por orden de Stan (siempre que en una portada ilustrada por otro artista, había un rostro que a Stan no le gustaba, éste era retocado o dibujado de nuevo por John Romita) o diseñando varios personajes desde la sombra. Muchos no saben que personajes tan icónicos como Lobezno, Punisher o Luke Cage: Powerman, fueron creados gráficamente por John Romita, a pesar de que luego los dibujaran otros artistas.
Y vamos con el tercer pilar, que no es otro que John Byrne, sin duda alguna el dibujante de cómics más famoso e influyente de la década de los 80. Entre finales de los 70 y principios de los 90, todo lo que John Byrne tocaba se convertía en oro. Su etapa al frente de los X-Men (en calidad de dibujante y co-argumentista) fue la que catapultó a los personajes hasta el máximo estrellato, partiendo de un título verdaderamente marginal. Después fue el elegido por Marvel para encargarse de los 4 Fantásticos, título donde fue responsable de la segunda etapa más grande de toda la historia de los personajes, después de la original de Stan Lee y Jack Kirby. Tan grande era su fama e influencia en esos momentos, que DC Comics tiró la casa por la ventana y le contrató para que fuera el máximo responsable de su personaje más icónico, Superman, en la época post-Crisis en Tierras Infinitas, cuando DC "reseteó" a todos sus personajes y quiso comenzar de cero (frutos de ese momento también son el Batman: Año Uno de Miller y Mazzucchelli o la Wonder Woman de George Pérez). ¿Que por qué John Byrne no está junto a las cuatro columnas debido a su importancia e influencia en los años 80?... Básicamente por un dato; porque en el caso de Byrne no podemos encontrar un legado tan grande como el de los cuatro columnistas a nivel de influencia artística directa sobre muchos otros artistas contemporáneos o post-contemporáneos. ¿Por qué?, pues es difícil de decir, quizás por el momento en el cual le tocó vivir, una época llena de grandes autores de fuerte personalidad, que no buscaban parecerse a nadie, si no más bien innovar; quizás porque su estilo tampoco era fácil de imitar. Lo cierto es que sea por eso o por la escasa obra y las labores desde la sombra de Romita y García-López, estos tres artistas han quedado algo relegados en cuanto a influencia directa en comparación a las cuatro columnas.
Y llegó el momento de ir con las cuatro columnas de estilo; que sin más preámbulos, son Jack Kirby, John Buscema, Neal Adams y Jim Lee. Me atrevo a decir que ningún otro artista ha causado una influencia tan grande y directa sobre el mundo del comic-book que estos cuatro artistas en sus épocas correspondientes.
Jack Kirby revitalizó el género de los super-héroes con su estilo pop-art y su creativida gráfica infinita... ¿cuantos artistas han sido influidos por Kirby?, no se pueden ni contar; desde Rich Buckler hasta Steve Rude, pasando por el propio John Byrne o Walt Simonson. Incluso artistas contemporáneos de Jack y tan distintos en estilo como Gil Kane o John Buscema, capturaron influencias del espectacular estilo de Kirby que incluyeron en su propio estilo, al menos al tratar el género de los super-héroes. Sin duda Jack Kirby es el artista más influyente de la historia del género super-heróico y muy probablemente de toda la historia del comic-book.
John Buscema irrumpió en Marvel a mediados de los años 60 y su estilo realista causó un impacto brutal e inmediato en el medio; tanto que rápidamente comenzaron a proliferar dibujantes de estilo más realista que trataban de parecerse a él en mayor o menor medida. John Buscema capturó la esencia de Kirby y de aquellos personajes a los cuales había sido ajeno hasta ese momento y les inyectó el realismo de su propia escuela, la de Raymond y Foster, haciendo historia y consiguiendo que de repente, personajes como Thor, el Capitán América, Silver Surfer o los 4 Fantásticos se volvieran más reales y obtuvieran versiones que aun a día de hoy son prácticamente las definitivas y más icónicas de los personajes.
Neal Adams aterrizó en el mundo del comic-book un poco más tarde que John Buscema, pero causando un impacto igual de tremendo. Al igual que John, Neal les brindó a los super-héroes un estilo de dibujo realista que creó escuela e influyó de gran manera al propio medio y a muchos otros artistas. Las principales diferencias entre Neal y John Buscema, ambos maestros del realismo, son que uno triunfó y basó la mayor parte de su carrera en Marvel (John), mientras que el otro hizo lo propio en DC (Neal); y que Buscema era mucho más rápido que Adams dibujando, con lo que el primero ilustró más títulos de forma continuada, mientras que el segundo posee una obra algo más dispersa y en algunos momentos, incluso, ilustró muchas portadas de cómics cuyo interior estaba dibujado por otro artista. Aunque el interior del cómic estuviera dibujado por otros, si la portada la podía dibujar Neal Adams mejor que mejor, pensaban en DC.
A nivel estrictamente técnico, la principal diferencia entre el arte de ambos gigantes del cómic la podemos encontrar en el estilo más clásico de John Buscema en contraposición al estilo más "arriesgado" e innovador de Neal Adams. John Buscema, a pesar de que al llegar a Marvel supo captar la esencia de Kirby y de los super-héroes e introducirla en su propio estilo, era poseedor de un dibujo más clasicista, más deudor de Harold Foster y Alex Raymond; mientras que Neal Adams, debido en gran parte a su experiencia previa en los cómics de prensa, donde obtuvo una influencia clara y directa de Stan Drake en su arte, y a su carácter inquieto que lo lanzó a experimentar y a tratar de ser más innovador, obtuvo un estilo, por decirlo de alguna forma, más estilizado y rompedor.
Y por último tenemos a Jim Lee, artista fetiche de la era Image y el artista más "copiado" e influyente de los últimos 20 años. Desde que triunfó ilustrando a los X-Men para Marvel, durante los últimos coletazos de la era Claremont en el título, y a lo largo de toda su experiencia al frente de Image, primero como co-fundador del sello y posteriormente, al romperse éste en varias editoriales mas pequeñas, como creador del sello Wildstorm, Jim Lee ha influido a multitud de nuevos artistas con su estilo detallista y espectacular. Estilo que, por otro lado, ha tenido también sus detractores, debido a potenciar enormemente las splash-pages y las grandes viñetas recargadas y espectaculares en detrimento de la narrativa gráfica y la fluidez en el cómic. En realidad lo que le hizo mucho daño a su imagen (y a la de otros artistas de su quinta) fue la pobre calidad de los guiones de aquella histórica era Image, que terminó colgándole a muchos de sus cómics la etiqueta de "espectaculares dibujos, pero vacios de narrativa y de contenido".
En definitiva, estos cuatro artistas marcaron una época en la historia del medio y no sólo por su calidad y su indiscutible nivel creativo, si no también por marcar tendencias, por cambiar lo que había y lograr que multitud de otros artistas se fijaran en ellos y los convirtieran en libros de estilo a seguir e imitar; en machos alfa del mundo del cómic.
FOSTER ANÓNIMO, PERO FOSTER AL FIN ------ por Antonio J. Iriarte
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*(Este artículo de Antonio J. Iriarte fue originalmente publicado en el
volumen XVII de la edición de Manuel Caldas del *Príncipe Valiente*. Por su
enorm...
Hace 2 semanas