Pronto tendréis disponible el segundo de los especiales que vienen a conmemorar el décimo aniversario de la publicación, que no es otro que el número 23 de la misma, aunque tenga muchas más páginas de lo habitual. En este caso, los cuatro fantásticos (que en realidad son cinco) protagonistas de este volumen son artistas que vivieron su era de máximo esplendor durante la década de los 80: John Byrne, Frank Miller, Walter Simonson, Bill Sienkiewicz y Steve Rude.
No creo que necesiten demasiada presentación, siendo, los tres primeros, auténticos adalides del "cómic de autor" dentro de la industria del comic-book americano, además de verdaderas superestrellas del medio, mientras que Sienkiewicz supuso una auténtica revolución artística en su época y Rude un enorme pilar del cómic independiente, así como uno de los artistas más sublimes que hayan pululado por las últimas cuatro décadas de historia del cómic americano.
Sin más, os dejo con los habituales datos técnicos de la publicación y el avance de la portada y unas cuantas páginas interiores.
COMIC-BOOK CLASSICS PRESENTA #23 - THE FANTASTIC FOUR VOL. 2: GRANDES MAESTROS DE LOS 80's
Encuadernación: Rústica
Adelanto:
Páginas: 212 + cubiertas (a todo color)
Tamaño: 21 x 29,7 (A4)
Precio: 28 euros
Adelanto:
2 comentarios:
Todos magnificos artistas, cada cual con su estilo, y a mi modesto modo de ver paginas con mucha mas fuerza y energia que muchas cosas que se ven hoy dentro del comic de superheroes en donde se publican paginas tecnicamente perfectas, pero muy frias y que en muchas ocasiones no tienen un estilo que te permita identificar al primer golpe de vista al dibujante, no sucede con todos los actuales artistas claro , siempre hay notables excepciones...
todos los dibujantes que has elegido son maestros en sus trabajos, por cierto ¿de quien es la ilustración que está en tercer lugar, la de la chica con el gato? creo saberlo pero igual me confundo...
Saludos!
Saludos, Folk.
Es Wonder Woman ilustrada por Steve Rude.
Tienes toda la razón del mundo en lo que dices sobre los artistas actuales. Hay gente muy buena, pero entre tanto color digital y efectos infográficos varios, se ha perdido algo. Ya no se ven cosas como la fuerza desatada de los lápices de John Buscema o aquel maravilloso realismo sombrío de Gene Colan. Es como si todo fuera más sintético.
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