En breve estará disponible un tomo muy especial que he estado realizando con mucho cariño. Tal y como ocurrió con los dos Maestros de Maestros, esto va a ser un proyecto un poco distinto, fuera de la colección Comic-Book Classics Presenta. Se trata de un homenaje a Ediciones Vértice y, muy especialmente, a aquellas portadas que marcaron a toda una generación y que, por más que pasen los años, siguen grabadas en nuestras retinas, debido al impacto que nos causaron y a la sensación de maravilla que provocaron en nuestros -en aquellos tiempos- jóvenes corazones.
Como los lectores habituales del blog sabrán, el año pasado sufrí dos pérdidas irreparables en mi vida, mi padre y mi abuela. Ello, con el añadido de la situación anodina y desesperante que nos tocó vivir a todos, provocó una sensación de dolor, desesperación y ansiedad dentro de mí que, a finales de año, encontró una especie de bálsamo, por llamarlo de alguna manera, en los viejos tebeos de Vértice. Aquellos cómics que, en la década de los 70, nos introdujeron al vasto Universo Marvel a muchos de nosotros, con su sabor añejo, sus páginas en blanco y negro y, sobre todo, aquellas inolvidables portadas de, principalmente, Rafael López Espí, fueron para mi como un rayo de luz en medio de la oscuridad, como un análgésico que sirvió para aliviar mi dolor y distraer mi mente y, en cierto modo, como un pequeño ejercicio metafísico que conseguía devolverme una pequeña parte de lo que el destino me había arrebatado recientemente, aunque dicha devolución llegara en forma de viejos montones de páginas amarillentas. Y es que los sentimientos no entienden mucho de formas, sino más bien de recuerdos, de sensaciones y de momentos clave en nuestras vidas.
Con cada tebeo de Vértice que desempolvaba o recuperaba, mi alma se sentía un poquito mejor, hasta el punto de llegar a modificar una pequeña parte de mi sancta sanctorum para poder dedicarle una parte a Vértice (y a algún que otro tebeo de aquella época); casi como si fuera un altar. Tal vez algún día actualice aquel mítico post para enseñaros como ha quedado el nuevo rincón Vértice.
Entrado ya el 2021, esta fiebre Vértice que hervía dentro de mi, terminó desembocando en este proyecto que ahora os estoy anunciando. No podía ser de otra manera, tenía que hacerlo; mi alma lo pedía a gritos, así que me puse manos a la obra y ahora sois vosotros quienes tendréis que valorar si el homenaje ha quedado a la altura de las circunstancias o no. Son 220 páginas de homenaje puro y duro a aquellas portadas y a todo lo que representaron, con algún pequeño guiño incluido a los anuncios y contraportadas típicos de la editorial.
No os doy más la tabarra. Solo os dejo con los habituales datos técnicos de la publicación y un adelanto de la portada y varias páginas interiores.
THE VERTICE EXPERIENCE: UN VIAJE A LA NOSTALGIA
Encuadernación: Rústica
Páginas: 220 + cubiertas (a todo color)
Tamaño: 21 x 29,7 (A4)
Precio: 27,50 euros
Adelanto:
UN trabajo maravilloso, Mo, por todo lo que significa para dos o más generaciones y por la calidad indiscutible de aquellos portadistas, cuyos dibujos bien merecen recogerse en un tomo como el tú has preparado. Gracias por ello. Gracias por tu pasión.
ResponderEliminarEs cierto que ante momentos duros de la vida hay determinado cine, musica, comic... que pueden actuar de esa especie de bálsamo que comentas...
ResponderEliminarhay una frase que dice algo así como que la vida por duro que sea es ir acostumbrandose a ver como se despuebla el paisaje de lo conocido, por dificil que resulte es cierto que tambien existen esas creaciones artisticas inamovibles en nuestros recuerdos, que cuando se vuelven a revisar traen a la memoria situaciones y vivencias personales, al ver la portada de "Zarpa de Acero" me ha venido a la memoria un tomo que tenía hace ya mas de cuatro decadas , lo miraba y remiraba , admirado por el trabajo de Jesus Blasco, cuando ví a Blasco en un salon del comic, siendo yo un crio, me acerqué a pedirle que me hiciese un dibujo en una libreta y el hombre fué de lo mas amable, tuve el placer años mas tarde de trabajar en un estudio de animación en donde Lopez Espí se encargaba del trabajo de fondos, un hombre volcado en su profesión , siempre con ilusión por el trabajo y buscando dar la maxima calidad ...
animo en tú interesante proyecto, en estos tiempos de virtualidad en mi opinión cada vez resulta mas necesario sacar trabajos en papel.
Saludos.
Saludos, Jesús.
ResponderEliminarMuchas gracias. Es historia pura del cómic, por la importancia de aquellas ediciones que nos mostraron, a pesar de sus deficiencias, unos mundos maravillosos y cultivaron la pasión por los cómics de varias generaciones. Y las portadas fueron parte muy importante de todo aquello, por sus impactantes diseños pintados y por el maravilloso arte de, principalmente, López Espí, pero también, aunque solo fuera al principio, de Enric, Clavé y Jesús Blasco.
Saludos, Folk.
ResponderEliminarGracias. Estoy contigo, el romanticismo del papel es necesario, y probablemente más en estos tiempos que vivimos. Tanto Blasco como López Espí fueron profesionales como la copa de un pino, cada uno en su campo y estilo. Ellos, junto a otros ilustres, hicieron grande el 9º Arte en nuestro país.
Saludos Mo,
ResponderEliminarSolo puedo decir, que te has salido, el libro de diábolo llamado cuando daredevil se llamaba Dan Defensor está muy bien por el recorrido que hace a la editorial Vertíce, pero tú te has salido con el homenaje que has realizado a Espí y Enric.
Muchos de los que pones aun los tengo, y la verdad que de vez en cuando los saco para ver y disfrutar de sus portadas, pero ahora al tener tú libro, no hace falta sacar ningún comic para transportarte a la época de cuando soñabamos con los super héroes, tú libro aparte de ser una puta joya te transporta mas allá de los sentidos.
Gracias por haber realizado este libro con tan buen material y calidad, ya que hoy en día es muy difícil conseguir buen material para publicar.
Tony
Saludos, Tony.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Celebro que te haya gustado. La verdad es que el tiempo invertido (recopilación y selección de imágenes, diseño, etc.) ha sido brutal. No sabría decirte cuanto tiempo invertí, puesto que ni me planteé calcularlo y fue a lo largo de muchísimas tardes, noches, fines de semana... Y el cariño, como puedes suponer, siempre estuvo presente, puesto que el primer interesado en poder disfrutar de este libro era yo mismo.