En cierto modo, podríamos decir que Ambrós es para el cómic español lo que Jack Kirby para el norteamericano, salvando todas las distancias que se quieran. Un dibujante maravilloso, un narrador excelso, un maestro absoluto del dinamismo. No era el mejor dibujante desde un punto de vista clasicista, anatómico, hiperrealista -igual que Kirby-, pero era el mejor en lo suyo: narrar grandes aventuras con una magia especial y un dinamismo pocas veces alcanzado por otros compañeros de profesión.
Después de crear gráficamente y dibujar durante tantos años al mítico Capitán Trueno, en 1987, ya retirado del mundo del cómic y de vuelta de todo, se asomó a la colección del personaje que estaba publicando en aquellos momentos Cómics Forum, bajo el sello Aventuras Bizarras, para dejar un auténtico broche de oro a su larga relación con uno de los personajes más importantes y populares de la historia del tebeo español. Y este broche de oro fue en forma de un puñado de ilustraciones usadas como portadas y pósters de la colección que en aquella época estaba dibujando el también magnífico Luis Bermejo.
En esta entrada, rendimos homenaje al gran Miguel Ambrosio a través de estas últimas aportaciones a la leyenda del Capitán Trueno -dos usadas como portadas y tres como pósters-, que siempre deberían ser recordadas.
Es curioso que Ambrós pese a empezar a publicar no muy joven en sus primeros trabajos ya tenía una visión bastante clara de lo que iva a ser el estilo que lo haría tan reconocible y con tantos seguidores, evidentemente luego su dibujo ganaría mucho, pero la esencia y tratamiento de las paginas ya estaba en "El jinete fantasma".
ResponderEliminarCoincido con todo lo que has dicho de Ambrós, no se que dibujante español mas podría nombrarte que sus personajes trasmitiesen esa vitalidad y energia,sin duda era alguien único dotado de un modo especial para dibujar aventuras, tambien me gusta mucho su trabajo en "El corsario de hierro", y como sucede con todos los grandes siempre es muy interesante revisar sus trabajos aunque pasen las decadas...
Lamentablemente como sucedió con otros grandes creadores y pese a las tiradas estratosfericas que durante años tenían los tebeos del "Capital Trueno" eso no le repercutia en la remuneración que merecia, supongo que en el caso de reediciones sucederia tres cuartos de lo mismo.
Recuerdo que el año que Joan Boix, muy admirador de Ambrós, dibujó "Cita en Cordoba" yo trabajaba en su estudio, Boix puso mucha ilusión y ganas en ese trabajo , y creo que el resultado fue muy honesto y un muy buen homenaje a su admirado autor.
Saludos
disculpas quise decir: Capitan Trueno.
ResponderEliminarSaludos, Folk.
ResponderEliminarEl caso perfecto de talento innato. Yo incluso me atrevería a decir que por madurez y, todavía, gran momento de forma, es muy probable que El Corsario de Hierro sea su mejor trabajo, al menos desde el punto de vista gráfico.
Yo creo que no se ha sido demasiado justo con muchos autores que han dibujado cómics de Trueno en las últimas tres o cuatro décadas. La verdad es que, dejando aparte a los más clásicos (Ambrós, Fuentes Man, Angel Pardo), creo que casi siempre he leído críticas a todos los demás. Como si ninguno, ni Blasco, ni Bermejo, ni Boix ni ninguno haya estado a la altura de las circunstancias. Y creo que no es del todo justo. Me da la sensación de que todos aquellos autores que no imitaron a Ambrós o simplemente poseían estilos más modernos o arriesgados, eran fulminados directamente por los talibanes adoradores del Trueno clásico. Y esto viene a ser como decir que ni el Batman de Bolland, ni el de Breyfogle, ni el de Newton, ni el de Aparo ni ninguno más valen nada porque no son como el de Jerry Robinson o el de Carmine Infantino.
Hola, Mo.
ResponderEliminarResulta evidente que en estos trabajos que nos presentas la soltura gráfica de Ambrós ya no es la que tenía en tiempos anteriores, pero sí que se advierte un importante esfuerzo en la composición y el acabado.
A mi juicio, Ambrós fue un dibujante excelente, de imágenes agraciadas y bien documentado, que en muchas situaciones soportó diversas presiones que le impidieron desarrollarse y ampliar sus recursos. Las condiciones temáticas y estéticas que le imponían las editoriales, por no hablar de la premura en las entregas, no favorecieron su desarrollo pleno. No quiero ser un exagerado, pero me gusta pensar que Ambrós en otras circunstancias y, sobre todo, en otro país, seguramente hubiera llegado a cotas que ni siquiera ahora podemos imaginar.
Eso sí: su creación del Capitán Trueno es un acierto gráfico extraordinario que no tiene reválida, al menos en cuanto a proyección se refiere. Cuando trabajó en solitario, realizó páginas de verdadera delicia, llenas de frescura y contundencia al mismo tiempo. Pero también hay que reconocer que el tándem Ambrós-Beaumont pergeñó las aventuras más atractivas e interesantes de Trueno, con un Víctor Mora en estado de gracia.
Mucho después, sus trabajos cortos para la Editorial Valenciana y los primeros episodios del Corsario de Hierro alcanzaron también gran calidad.
Un abrazo.
Hola, Jesús.
ResponderEliminarCierto, Ambrós ya no estaba en plenitud, pero seguía poseyendo magia y, como bien dices, una gran capacidad para componer y, todavía, realizar obras muy interesantes.
Lo que comentas de Ambrós fue, un poco, como lo que hemos comentado tantas veces de artistas del comic-book como John Buscema. ¿Hasta que niveles podría haber llegado Buscema de haber podido trabajar con mucha menos presión en cuanto a fechas de entrega y cantidad de páginas al mes? Pues eso, que solo nos queda seguir soñando con ello...
Un abrazo.