A través de este post y el siguiente, que publicaré dentro de unos pocos días, voy a llevar a cabo algo que me apetecía realizar desde hace mucho tiempo y que creo sinceramente que es muy necesario... un homenaje a la obra del gran Guido Buzzelli en forma de reivindicación de su obra, tan desconocida en España y eternamente obviada por nuestras editoriales como sensacional y, en mi humilde opinión, imprescindible.
A continuación mi particular homenaje en forma de 20 razones por las cuales el mundo editorial patrio debería empezar a publicar la obra de este genio italiano del 9º Arte. 10 de ellas en esta entrada y las otras 10 en el próximo post.
1. Por Tex Il Grande!. Curiosamente su último gran trabajo para el mundo del cómic, allá por 1985, fue el primer Tex Albo Speciale; el primero de una serie de tomos especiales donde el legendario personaje de Bonelli Comics era ilustrado por grandes maestros habitualmente ajenos a Tex, como Alberto Giolitti, Víctor de la Fuente, Joe Kubert, Magnus, Jordi Bernet o el propio Buzzelli, entre otros.
2. Por sus cómics de aventuras clásicas. Varios de ellos realizados al principio de su carrera, antes de su etapa más reconocida como autor de cómics, aunque con alguna excepción, como L'Uomo del Bengala (una de las pocas obras de Buzzelli publicadas en España), dibujado al final de su carrera.
3. Por su Zasafir. Y otros cómics de temática fantástica realizados entre finales de la década de los 70 y principios de la de los 80.
4. Por esa pequeña gran maravilla titulada New York. Un curioso homenaje a la ciudad de Nueva York y a la historia del cómic americano en un puñado de delirantes y soberbias páginas.
5. Por su talento y maestría en la caracterización de personajes. Tocó prácticamente todos los géneros y logró que sus personajes siempre tuvieran vida propia.
6. Por sus obras de humor, sus obras eróticas y muy especialmente por las que combinan ambas cosas. El gran Buzzelli era muy satírico y llegó a realizar bastantes trabajos de corte erótico (muchos de ellos firmados con seudónimo), así como muchas parodias críticas y ciertamente surrealistas de la sociedad de la época y elementos relacionados, habitualmente sazonadas con elementos bastante picantones.
7. Por su obra maestra, La Rivolta dei Racchi. Con esta obra publicada en 1966, el maestro rompió moldes en el cómic europeo, brindando al 9º Arte una obra rompedora, onírica, metafórica y llena de crítica social y política... es una pena (por no decir tragedia) que jamás haya sido publicada en castellano.
8. Y por las que la siguieron, como I Labirinti. El éxito de La Rivolta dei Racchi, publicada originalmente en Italia, propició que durante el final de la década de los 60 y prácticamente toda la de los 70, Buzzelli trabajara mucho para el mercado francés, donde publicó varias obras en la misma línea de crítica social con elementos fantásticos. Curiosamente esta es otra de las pocas obras de Buzzelli publicadas en España.
9. Zil Zelub. Así como I Labirinti (1970) continuó el camino iniciado por La Rivolta dei Racchi, en 1972 Zil Zelub continuó la saga de operas primas del maestro.
10. L'Agnone. Publicada en 1977, es otra de las operas primas de Guido Buzzelli que continuaron el camino trazado por La Rivolta dei Racchi y a la que también podríamos añadir Annalisa e il Diavolo (1973), L'Intervista (1975) y La Guerra Videologica (1978).
A continuación mi particular homenaje en forma de 20 razones por las cuales el mundo editorial patrio debería empezar a publicar la obra de este genio italiano del 9º Arte. 10 de ellas en esta entrada y las otras 10 en el próximo post.
1. Por Tex Il Grande!. Curiosamente su último gran trabajo para el mundo del cómic, allá por 1985, fue el primer Tex Albo Speciale; el primero de una serie de tomos especiales donde el legendario personaje de Bonelli Comics era ilustrado por grandes maestros habitualmente ajenos a Tex, como Alberto Giolitti, Víctor de la Fuente, Joe Kubert, Magnus, Jordi Bernet o el propio Buzzelli, entre otros.
2. Por sus cómics de aventuras clásicas. Varios de ellos realizados al principio de su carrera, antes de su etapa más reconocida como autor de cómics, aunque con alguna excepción, como L'Uomo del Bengala (una de las pocas obras de Buzzelli publicadas en España), dibujado al final de su carrera.
3. Por su Zasafir. Y otros cómics de temática fantástica realizados entre finales de la década de los 70 y principios de la de los 80.
4. Por esa pequeña gran maravilla titulada New York. Un curioso homenaje a la ciudad de Nueva York y a la historia del cómic americano en un puñado de delirantes y soberbias páginas.
5. Por su talento y maestría en la caracterización de personajes. Tocó prácticamente todos los géneros y logró que sus personajes siempre tuvieran vida propia.
6. Por sus obras de humor, sus obras eróticas y muy especialmente por las que combinan ambas cosas. El gran Buzzelli era muy satírico y llegó a realizar bastantes trabajos de corte erótico (muchos de ellos firmados con seudónimo), así como muchas parodias críticas y ciertamente surrealistas de la sociedad de la época y elementos relacionados, habitualmente sazonadas con elementos bastante picantones.
7. Por su obra maestra, La Rivolta dei Racchi. Con esta obra publicada en 1966, el maestro rompió moldes en el cómic europeo, brindando al 9º Arte una obra rompedora, onírica, metafórica y llena de crítica social y política... es una pena (por no decir tragedia) que jamás haya sido publicada en castellano.
8. Y por las que la siguieron, como I Labirinti. El éxito de La Rivolta dei Racchi, publicada originalmente en Italia, propició que durante el final de la década de los 60 y prácticamente toda la de los 70, Buzzelli trabajara mucho para el mercado francés, donde publicó varias obras en la misma línea de crítica social con elementos fantásticos. Curiosamente esta es otra de las pocas obras de Buzzelli publicadas en España.
9. Zil Zelub. Así como I Labirinti (1970) continuó el camino iniciado por La Rivolta dei Racchi, en 1972 Zil Zelub continuó la saga de operas primas del maestro.
10. L'Agnone. Publicada en 1977, es otra de las operas primas de Guido Buzzelli que continuaron el camino trazado por La Rivolta dei Racchi y a la que también podríamos añadir Annalisa e il Diavolo (1973), L'Intervista (1975) y La Guerra Videologica (1978).
En la próxima entrada continuaremos con las 20 razones por las que homenajeamos al maestro y pedimos fervientemente la publicación de su obra en nuestro país... a presto!
Hola, Mo, no eres el único que no se olvida de Buzelli, aunque quedamos pocos en el mundo.
ResponderEliminarEn Francia mucho de su trabajo en los años 70-80 se publicó en la revista Charlie, cuando dejó de ser un periódico semanal y pasó a ser revista. Curiosamente el editor era Wolinski (a quien mataron a principios del año pasado en el ataque contra Charlie Hebdo), quien queria hacer una revista por el estilo del Linus en Italia, pero con un contenido más adulto.
La revista Charlie duró hasta finales de los años 80 (inclusive fusionando con Pilote), con lo cual años más tarde pasó a ser un periódico de nuevo.
El problema es que hoy en día no hay redactores o editores como Wolinski, Goscinny, o para no olvidarnos de Toutain aquí, quienes tengan la suficiente cultura tebeística para apreciar autores como Buzzelli, uno de los grandes olvidados y el Fellini del tebeo.
Saludos, Diego.
ResponderEliminarFue realmente trágico y absurdo lo de Wolinski y el atentado a la redacción de Charlie Hebdo en general. He estado echándole un ojo a su trayectoria profesional y es realmente tremenda.
Totalmente de acuerdo, hoy en día faltan editores de ese estilo. A menudo parece que muchos de los editores actuales tiran más de sondear un poco el mercado, mirar lo que hacen el resto de editoriales o directamente intentar publicar aquello que les gusta a ellos mismos, pero nadie se acuerda o se preocupa de publicar a maestros como Buzzelli, Frank Robbins, José Luis Salinas, Frank Bellamy o el propio Jesús Blasco.
Por suerte, recientemente, ha habido algunas editoriales que han decidido apostar por obras de Winsor McCay, Sergio Toppi, Don Lawrence... ya es algo, pero parece que de Buzzelli nadie se ha acordado, se acuerda ni probablemente se acordará nunca; y es una pena cuando se trata de un autor de esta calidad y envergadura.